Los auxiliares técnicos veterinarios esperan un certificado profesional que les acredite y en Europa exigen formación universitaria.
'Recibo a los pacientes cuando llegan a la consulta, los preparo antes de una operación, les hago análisis de sangre, asisto en las cirugías... Lo mismo que un enfermero haría en el hospital, pero la diferencia es que mis pacientes andan a cuatro patas', comenta Adrián Pandelet, representante de la Asociación Andaluza de Enfermeros Veterinarios (Aaevet).
Los enfermeros de veterinaria han recogido firmas en change.org a debates on line, estos ayudantes veterinarios de Andalucía llevan meses intentando hacer realidad la promesa que el Boletín Oficial del Estado nº 41 recogió en 2011: una cualificación oficial para su profesión. Después de dos años sin recibir noticias, decidieron ponerse en contacto con los organismos encargados de diseñar y expedir los certificados de profesionalidad, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y la Dirección General de Formación Profesional. Superado este paso, cada comunidad autónoma debe iniciar el proceso para hacer oficiales las nuevas titulaciones, corroboradas más tarde por el Instituto Nacional de Cualificaciones Oficiales.
También han intentado buscar el respaldo de los propios veterinarios, pero sólo han encontrado silencio. 'El problema no es el intrusismo laboral. El problema es que se subestime a los veterinarios a favor de los auxiliares', aseguran desde el Centro Veterinario San Bernardo de Sevilla.
Según los datos publicados por la empresa catalana Veterinary Management Studies, los ingresos a largo plazo de las clínicas veterinarias en los últimos años mantiene una tendencia positiva. 'La gente sabe que sus mascotas no son bienes de lujo y va a seguir, pese a la subida del IVA , llevándolas al veterinario, por el riesgo para la salud, humana y animal, que supone prescindir de las vacunas', razona Pandelet.