septiembre
Al inicio de la pandemia, 4,5 millones de personas en España ya vivían en situación de pobreza severa. Son el colectivo más afectado, pero no el único. Más de 12 millones de personas sobreviven en la cuerda floja de la pobreza y la exclusión social en nuestro país.
Ante esta situación, la figura del Técnico en Integración social es cada vez más demandada, para fomentar la inserción laboral y social de familias e individuos en riesgo de exclusión.
El Grado Superior de Integración Social, que pertenece a la familia profesional Servicios Socioculturales y a la Comunidad, es una formación profesional que te permite lograr todas las competencias necesarias para dedicar tu labor profesional en trabajar para lograr una sociedad más justa e inclusiva donde todas las personas tengan cabida, independientemente cual sean sus capacidades o características.
Para ello aprenderás estrategias y técnicas específicas además de conocer las características de distintos colectivos vulnerables o riesgo de exclusión social.
¿POR QUÉ MATRICULARSE EN ESTE CURSO?:
En 2021, en España hay 13,2 millones de personas que se encuentran en exclusión social, 1,4% más que el año anterior. Además, hay casi dos millones más de personas en exclusión severa -esto es, que el ingreso del hogar sea inferior al 40% de la renta media del conjunto de hogares-, superando los seis millones.
Si antes de la crisis de la covid-19, la pobreza severa afectaba al 8,1% de los hogares, es ahora una realidad que viven el 11,4% de los hogares, más de 5,3 personas.
Se registra una subida importante de personas que llegan con mucha dificultad a fin de mes con 4,7 millones, lo que supone un aumento de 1,1 millones de personas que se encontraban en esta situación en el último año.
La diferencia entre la población con más y menos ingresos ha aumentado más de un 25% en nuestro país, según el informe Evolución de la cohesión social y consecuencias de la COVID-19 en España, publicado por la Fundación FOESSA.
Menos de la mitad de los hogares se encuentran en una situación de integración social plena, mientras el Índice Sintético de Exclusión Social (ISES) ha aumentado un 31% para el conjunto de las familias.
La crisis ha alterado también las relaciones entre las personas dentro del hogar y con su entorno social más cercano. El informe detalla que la pandemia "está erosionando con fuerza" la calidad de estas relaciones, al duplicarse el número de estos cuyo clima de convivencia muestra "dificultades serias". De este modo, el conflicto social ha pasado de afectar a un 5% de los hogares a casi un 10%.
Otro "motor de exclusión y desigualdad" es la brecha digital la incapacidad de acceder a una conexión suficiente, de tener un dispositivo conectado o poseer las habilidades para mantenerse en el entorno digital. Esta es una realidad que afecta a un 46% de los hogares en situación de exclusión -del 51% en exclusión severa- frente al 35% del conjunto de hogares.
La figura del integrador/a sociales ha alcanzado un alto nivel de reconocimiento como pieza clave del sector social a la hora de atender y trabajar con colectivos en riesgo de exclusión social, por lo que en el marco legal en el que se recogen las competencias profesionales de la Integración Social, encuentran en la Mediación un nuevo horizonte profesional dentro del sector social. La normativa nacional (y la mayoría de CCAA) incluyen la Formación profesional de grado superior como formación académica válida para el ejercicio profesional de la mediación con todas sus garantías.
Las principales salidas profesionales del FP de Integración social son:
- Técnico/a en programas de prevención e inserción social, integración educativa, inserción ocupacional y laboral, movilidad básica y acompañamiento laboral.
- Educador/a de equipamientos residenciales, personas con diversidad funcional, educación familiar y educación especial