El diálogo en la empresa es algo elemental. Tanto, que las relaciones interpersonales en el trabajo pueden dañarse si éste no existe.
En toda empresa los trabajadores necesitan saber que el jefe se interesa por ellos. Por esta razón debemos interesarnos en conocer a cada miembro del equipo y hacer que el conjunto funcione de la mejor manera.
Si conocemos las metas de quien trabaja para nosotros seremos capaces de motivarlos y, de tal forma, mejoraremos el ambiente laboral, y en consecuencia habrá un aumento de la productividad. Para ello es conveniente seguir algunos consejos:
• Realizar la labor de forma sincera de tal manera que los demás descubran tu motivación. Si comunicas tu entusiasmo por la labor de tu empresa, es probable que tus trabajadores también la compartan.
• Acepta a los demás como son, con sus limitaciones, capacidades, virtudes y defectos. Cuando los contrataste lo hiciste porque te parecía que eran los mejores para sus respectivos puestos de trabajo, ocúpate de hacérselo saber. De esta manera se sentirán bien.
• Interactúa con el resto. No olvides que en una relación siempre existen dos partes. Para solucionar problemas las dos partes deben interactuar. Tienes que aceptar la responsabilidad que te toca en la relación.
• Comprométete, ya que las relaciones construidas a base de respeto mutuo funcionan muy bien. Recuérdalo a la hora de relacionarte con tus trabajadores.
• Tú eres el jefe, así que la mayoría de las veces te tocará dar el primer paso y tomar la iniciativa por el bien de la empresa.
• Si alguno de tus trabajadores resulta especialmente conflictivo replantéate por qué le contrataste y si merece la pena que continúe en tu equipo. Es necesario recapacitarlo.
• Trata de conversar sobre temas controvertidos y personales con tus trabajadores en privado. Si le reclamas delante de los demás sobre su conducta solo conseguirás aumentar el conflicto.
• Escucha a tus trabajadores, reflexiona sobre sus peticiones y, si crees que son adecuadas, lleva a cabo sus consejos.
En definitiva, debes ser un jefe serio, que se imponga, pero también debes ser flexible y amable con tus empleados si quieres que la comunicación sea fluida y cordial.