La Declaración de la Renta de los autónomos y empresarios también va a sufrir una modificación radical si se ponen en marcha las medidas anunciadas por el Gobierno en el anteproyecto de reforma fiscal.
El nuevo régimen de módulos, los gastos de difícil justificación, el IVA de caja y la desaparición de determinadas deducciones perjudican a este colectivo en la propuesta de reforma fiscal que ha presentado el Gobierno.
Las principales consecuencias que tendrán las medidas más llamativas para este tipo de contribuyentes. Cuatro cambios legales perjudican a la mayor parte de los contribuyentes que tributan como autónomos o empresarios; y sólo una consigue beneficiar a unos pocos ciudadanos, explica el presidente de la Asociación del Club del Asesor, Ignacio Ruiz-Jarabo.
Por ejemplo, se reduciría el umbral de exclusión del régimen de los 450.000 a los 150.000 euros (200.000 euros si son actividades agrícolas o ganaderas). Y, sobre todo, únicamente permanecerán en Módulos actividades destinadas al consumidor (hostelería, taxistas, quioscos, etc.) y quedarían especialmente afectados por la exclusión aquellos negocios que tienen ingresos principalmente procedentes de empresas.
Antes de la aplicación de la reforma, los empresarios que no tributaban por el régimen de Módulos podían deducirse una partida denominada 'gastos de difícil justificación', que podían suponer hasta un 5% de los ingresos que generara ese contribuyente. Si entra en marcha la reforma fiscal, tal y como está redactada, ese tipo de gastos deducibles se limita a 2.000 euros, independientemente del nivel de ingresos. Limitando los gastos deducibles.
En lo que respecta al IVA de caja (la posibilidad de que un empresario sólo abone el IVA de las facturas efectivamente cobradas, y no de toda la masa de facturas que tenga pendientes de cobrar, incluidas las de los morosos). Sin cambios en el IVA de caja.
Se pierde lentamente el derecho a la deducción por inversión en vivienda en propiedad, pero a la vez también va cediendo terreno la desgravación por alquiler y las reducciones por arrendar una vivienda, perdiendo derechos fiscales que hacían más atractivas las liquidaciones del IRPF.