Según el estudio, es el momento óptimo de pensar en el esfuerzo fiscal de las familias ha ido aumentando mientras que los ingresos han ido descendiendo, según los propios datos de la Agencia Tributaria.
En los 40 días que quedan para que finalice el año se pueden acometer algunas inversiones que ayudarán a suavizar la factura fiscal que deberemos afrontar en junio con la declaración de la renta. A continuación se muestran algunos consejos que ofrecen Antonio Paredes, de los Técnicos Financieros del Ministerio de Hacienda (Gestha), y Marta González, de la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf).
Los planes de pensiones no son deducciones como tales, sino una reducción de la base imponible. Antonio Paredes, de Gestha, recuerda que este año compensa más ingresar en el plan que el próximo, pues en 2015 el ahorro se rebaja al reducirse los tipos sobre los que se tributa. Además, la reforma ha rebajado los actuales límites de 10.000 euros o el 30% del total de ingresos y 12.500 o el 50% de ingresos si se es mayor de 55 años a 8.000 euros en todos los casos. En Hacienda quitan hierro a la rebaja, pues declaran que la inversión media anual no llega a los 8.000 euros.
El actual IRPF permite deducciones sobre el dinero que se ha depositado en una cuenta ahorro-empresa abierta con el fin de montar un negocio, pero, ¡atención!, desaparece el próximo año. El trato fiscal es muy similar al de la vivienda, 15% en cuota con un tope de 9.000 euros. Aunque la usa poca gente y en conjunto no es un gran gasto para Hacienda, los que acuden a ella imponen de media más dinero que en la amortización de la hipoteca.
Otra posibilidad de rebajar la cuenta de IRPF es hacer donaciones a ONG o fundaciones (deducción de un 10% a un 30% sobre la cuota) o a partidos políticos. Para estos últimos, el máximo de donativo son 600 euros al año.
Dentro de la reforma fiscal el Gobierno ha puesto en marcha y que entrará en vigor en 2015 hace imprescindible que este año los consejos fiscales vayan más allá de las deducciones y las reducciones de la base. Uno de los cambios más relevantes que imprime el nuevo IRPF es el tratamiento de la tributación de las plusvalías generadas con la venta de activos.