
Los expertos en formación son claros: hacen falta buenos directivos con capacidad de liderazgo.
Ser un directivo no equivale a ser un buen líder; según los expertos en formación hacen falta profesionales cualificados que sepan hacer la transición adecuada de la dirección empresarial al liderazgo. En nuestro país aún existe un gap entre ambas disciplinas ya que no hay una cultura de liderato tan arraigada como sucede en los países anglosajones.
El liderazgo es un elemento diferenciador, una auténtica palanca de cambio en las organizaciones. Consiste en contar al equipo que te rodea dónde estás y dónde quieres llegar y, por eso, no es una tarea delegable. Es responsabilidad del directivo aprender a ejercer el liderazgo de acuerdo con nuestras condiciones y entorno. El liderazgo se compone de varios elementos, como la actitud ante la vida ('estar abierto al cambio', 'aceptar los desafíos', 'rodearse de diversidad'), la capacidad de gestionar las incertidumbres y la comunicación inteligente ('contar lo que vamos a hacer') consiguiendo implicar al equipo en el proceso.
Y es que el entorno empresarial es cada vez más cambiante, los mercados son dinámicos, la competencia procede de nuevas industrias y nuevas tecnologías, la red se ha consolidado y la incertidumbre se ha generalizado por lo que el directivo actual tiene que desarrollar una visión más amplia frente a las necesidades del mercado y ajustar su empresa para satisfacer dichas demandas. Como además los equipos de trabajo son cada vez más heterogéneos, los buenos líderes han de poder extraer de cada uno de los miembros del equipo aquellas virtudes que pueden mejorar el rendimiento no solamente del trabajador sino también aumentar los beneficios para la empresa.
De ahí que se necesiten líderes empáticos capaces de conectar con el equipo; para muchos una oportunidad para ubicar a más mujeres en el ámbito del liderazgo, ya que la empatía es una cualidad que se presupone en el género femenino. Seas mujer o hombre, lo cierto es que hay que fomentar el liderazgo en la dirección empresarial, una buena práctica para los tiempos que corren.