La prevención de riesgos laborales es para muchos de los empresarios españoles algo secundario. Hoy en día, las empresas ya sean grandes o pequeñas tienen que conocer los riesgos que implica la profesión y tomar medidas para reducirlos.
Los accidentes en el trabajo se han visto reducidos debido al incremento del desempleo, y a la toma de conciencia por parte de empresarios y trabajadores, pero siguen produciéndose en sectores como la construcción, la hostelería y la industria, entre otros.
Los especialistas en la materia realizan inspecciones en las empresas y elaboran una documentación basada en la realidad apreciada en cada empresa para prevenir y adaptar la normativa vigente al sector en que la empresa desarrolla su actividad, para evitar el incremento de la siniestralidad laboral. Estas medidas no deben caer en saco roto, y tanto empresarios como trabajadores han de poner de su parte para que se logre una correcta adaptación de dichas medidas.
En su mayoría, las grandes empresas cuentan con un servicio de prevención interno, con especialistas versados en la materia, contando con el apoyo suficiciente por parte de la empresa para tomar decisiones que afecten a la seguridad en el trabajo.
Sin embargo, el panorama es completamente distinto al tratarse de una pyme o de una pequeña empresa. En estos casos, el empresario pasa las medidas de seguridad escasamente, y solamente considera necesaria la documentación para evitar sanciones en una inspección laboral. Además, los trabajadores no son conscientes de la importancia de la prevención de riesgos y suelen mostrar dejadez ante la normativa. Es frecuente pasar por obras en la construcción y observar cómo se incumplen las normas de seguridad laboral, trabajadores que no llevan guantes, sin casco, sin las gafas de protección, etc, que achacan dicho incumplimiento a cuestiones de comodidad.
Contar con un buen equipamiento, utilizarlo adecuadamente y concienciar tanto a empresarios como trabajadores es una difícil tarea que implica la participación de ambas partes.