Actualmente la integración de los sistemas formativos al sistema laboral, permite a los trabajadores tener mayor acceso a la formación en cualquier momento de su vida, haciendo de él un ente más competitivo.
Ante la nuevas exigencias y competitividad del mercado laboral y el surgimiento de modelos de búsqueda activa de empleo, surge la necesidad de acercar los sistemas formativos a la realidad laboral y de integrarlos entre sí para facilitar el acceso de los trabajadores a la formación en cualquier momento de su vida. Así, en varios países europeos se comienzan a crear catálogos de cualificaciones profesionales que permitan a los trabajadores desarrollar una actividad a partir de diferentes itinerarios formativos. Así, se describe la cualificación profesional en términos de competencias profesionales necesarias para el desarrollo de la ocupación.
Podríamos definir el concepto de competencias profesionales, como los saberes (Saber, saber hacer, saber estar y saber ser) que el trabajador moviliza para el desarrollo eficiente de una ocupación y que por lo tanto caracterizan también el puesto de trabajo.
Una vez definidas las cualificaciones en términos de competencias, se comienza a contemplar que su adquisición puede producirse mediante prácticamente cualquier tipo de formación (Formación Continua, Ocupacional, Reglada u otras) o a través de la experiencia laboral previa.
Las competencias profesionales se convierten así en la piedra angular de un sistema integrado de formación que se articula a su vez con la realidad del mundo laboral.
El denominado Enfoque de Gestión por Competencias aparece como perspectiva dentro de la gestión de Recursos Humanos.
En las organizaciones actuales y ante la necesidad de tener personas efectivas y eficientes que optimicen los resultados productivos, se impone la selección y la gestión de recursos humanos por competencias. De este modo el empresario necesita cada vez más a trabajadores descritos en términos de competencias, tanto técnicas (saber y saber hacer propio del puesto de trabajo) como genéricas (saber estar y saber ser intra e interpersonal extrapolables a otras ocupaciones), para agilizar la selección, promoción y elaboración de programas de formación o de carrera.
En países europeos como Francia se vienen llevando a cabo procesos que pretenden dar valor formal en términos de competencias a saberes adquiridos por vías formales o no formales.
Esta validación se realiza a través de un proceso que incluye:
i. Una orientación al trabajador que permite que se autoposicione respecto a su futuro profesional y por lo tanto a los procesos formativos necesarios o que lo orienta directamente hacia el proceso de validación.
ii. Como parte del proceso de validación en sí, una evaluación que comienza recopilando toda la información relativa al currículum del candidato y que se completa con la valoración por parte de expertos de las competencias adquiridas.
iii. Finalmente, una certificación total o parcial de las competencias adquiridas equivalentes a la totalidad o a una parte de un título de formación profesional correspondiente a una cualificación profesional.
iv. En el caso de que la adquisición de competencias requerida para una cualificación profesional no sea completa, se reorienta al trabajador a unitinerario formativo individualizado para completar la citada cualificación.