Invertir en educación en los tiempos que corren es la mejor opción para salir de la crisis. La educación superior es la mejor baza para la recuperación económica.

Según los expertos, la formación es la clave para la recuperación económica. Querer salir de la situación actual demanda mayores conocimientos y un incremento del presupuesto estatal dedicado a la formación. Con la globalización, el negocio de la educación ha ido adquiriendo mayor protagonismo y sobre todo es el caso de la Educación Superior, que ha visto cómo el número de matrículas ha aumentado recientemente. Salud, biotecnología, energías renovables y educación son sectores con gran potencial de desarrollo, que experimentarán un rápido crecimiento sostenido en el tiempo. Esto se debe a la demanda de profesionales cualificados, y a un cambio de mentalidad en la sociedad actual que prima por encima de otros valores la formación continua para desarrollarse a nivel profesional y personal.
La formación se ha erigido no sólo como una herramienta para formar a la mano de obra empresarial, sino también constituye por sí misma una fuente de ingresos y generador de actividad económica dentro del país. Las universidades españolas representan el 0,6% del valor añadido bruto global de la economía española, según un informe elaborado por la Fundación CyD. Asimismo, las universidades públicas emplean a cerca de 150.000 personas, sin sumar empleos indirectos, lo que supondría casi unas 125.000 personas más.
Además del sector público, las escuelas privadas y universidades de la misma índole, han supuesto una inyección económica al sector educativo, moviendo cerca de 540 millones de euros según los cálculos de la Asociación Española de Escuelas de Negocio (AEEN).
La presencia de estudiantes extranjeros en nuestras escuelas, hacen engrosar las arcas de nuestro país en materia de educación, los jóvenes que deciden estudiar en nuestro país son frecuentemente personas con cierto poder adquisitivo, quienes consumen y gastan sus ahorros en nuestro paçis. A pesar de que los resultados académicos de los estudiantes españoles no revelan datos optimistas, y de que nuestras universidades no estén en el top ten de las más prestigiosas del mundo, lo cierto es que nuestro país sigue siendo el destino Erasmus favorito entre los universitarios extranjeros. Quizá sea la sangría o la fama de buena vida de los españoles, pero también vienen los que están interesados en el turismo educativo que situa a nuestro país entre los destinos más interesantes para estudiar gracias a nuestra riqueza cultural.
Queda mucho camino para ser los mejores, o estar entre ellos, hay que mejorar nuestro sistema educativo, mejorar la inversión en educación y globalizar la educación, haciéndola más accesible a los estudiantes de todo el mundo.