Dada la situación actual, en la que las arcas empresariales parecen estar presas de una gran depresión, más vale pagar con cariño que no pagar.

Es un hecho, la crisis nos ha afectado a todos: empresarios, autónomos, pero sobre todo a llos trabajadores. La reducción de jornadas laborales, la disminución del salario y la precariedad laboral han generado un nuevo tipo de salario: el emocional.
Este salario no hace referencia sino a incentivos no monetarios que reconocen el esfuerzo y dedicación de los trabajadores. El panorama laboral actual ha suscitado un giro de 180 grados en el modo de incentivar y fidelizar a los trabajadores. Antes, el sueldo y la antigüedad eran los básicos pero hoy día las compañías se ven obligadas a volcarse en otros medios para tener contentos a los empleados.
La conciliación de la vida laboral y personal, una mejora en la formación de los empleados o la elaboración de un plan de carrera dentro de la estructura empresarial son algunas de las bases que sientan esta nueva forma de motivación a los empleados. Según la consultora Grass Roots, algunas de las claves para 'pagar con cariño' a los empleados y tenerlos contentos pasan por:
1. Una mayor transparencia , en la que todos sepan qué papel desempeña el otro y reconocer su esfuerzo y dedicación en el proyecto común.
2. Una comunicación fluida, informando a la plantilla de cualquier cambio o decisión que pueda afectarles, definiendo la posición que cada uno tiene dentro de la estructura empresarial.
3. Vinculación emocional empleado-empresa ; sentirse identificado con el proyecto, creer en la empresa y establecer vínculos entre los compañeros de trabajo más allá de la relación profesional.
4. Buscar las necesidades de cada trabajador; no siempre lo que se dice es lo que se desea, por ello es vital encontrar aquellas necesidades reales de los empleados y hacer lo posible por satisfacerlas.
5. Apostar por la formación , dando luz verde a los trabajadores para que se realicen profesional y personalmente ampliando sus conocimientos.
6. No deje de supervisar el trabajo de los empleados pero sin presionar excesivamente.
7. Valorar las aportaciones de todos y cada uno de los trabajadores, reconociendo las buenas ideas y ayudando a otros a participar e involucrarse más en el trabajo. El trabajador que se siente valorado respeta más al jefe y tardará más tiempo en marcharse de la empresa.
8. El dinero no lo es todo; a pesar de que el dinero ayuda a tener la felicidad, y de qué manera, no sólo de dinero vive el hombre. Sentirse valorado, respetado y reconocido por los compañeros y superiores es la clave para una buena salud laboral.
Déjate querer por tus jefes y tú, sí, a ti, jefe, quiere un poco más a tus empleados.