El Instituto de Ondas Cuánticas de Kobe (Nihon Quantum Wave Research) en Japón, a través de la Fundación Kurata, han creado el Sistema Kurata para la generación de biocombustibles.
El Instituto de Ondas Cuánticas de Kobe (Nihon Quantum Wave Research) en Japón, en los últimos tiempos a trabajado en la creación de un método innovador para la producción de biocombustibles a partir de elementos tales como: aceites, biomasa residual, plásticos y cualquier material con carbono e hidrógeno.
¿ Cómo Funciona ?
Tomando como origen elementos que contengan como parte integrante de sus componentes, carbono e hidrógeno, es posible la producción de combustible rentable y eficaz. Estos elementos, se emulsionan con agua activada previamente, para después producir un fenómeno llamado hidrocracking en un reactor, donde acaba evaporándose la mezcla. Estos gases se introducen en un catalizador para descomponer las cadenas carbono-hidrógeno para posteriormente recomponerlas en largas cadenas de hidrocarburos. Esta reacción se induce a través de 'un catalizador metálico que rompe las cadenas modificando el movimiento ondulatorio que poseen' explican desde Cardiles Oil Company, propietaria de la patente del proceso Kurata en nuestro país.
Pero los coches no consumen combustibles en fase gaseosa, por lo que el siguiente paso es la condensación, produciéndose un hidrocarburo sintético en forma líquida. Posteriormente, para que los vehículos puedan utilizar el gasoil o gasolina utilizados, debe limpiarse el hidrocarburo por fuerza centrífuga.
Movimiento ondulatorio
Como explican en Cardiles Oil Company, 'el petróleo pesado y el plástico residual, por ejemplo, están formados por una gran cantidad de átomos de hidrógeno y carbono. Estos compuestos pueden dividirse en moléculas más pequeñas con la elasticidad propia de las ondas cuánticas y del giro magnético. Si estas moléculas más pequeñas se introducen en un catalizador que tenga la frecuencia y el movimiento ondulatorio del petróleo ligero, pueden formar petróleo ligero'. De este modo, la técnica permite descomponer compuestos pesados en moléculas más pequeñas para después volver a unirlas y crear el compuesto que se desee. El molde del catalizador empleado en el proceso es la clave, pues se diseña en función del combustible que se quiere obtener.