
Angel Fenoll es un conocido empresario alicantino de la basura.
La titular del juzgado, Nerea Cavero, halló a Fenoll culpable de 11 delitos fiscales (a razón de tres años de cárcel por cada uno de ellos) y de ser cooperador necesario de otro delito de falsedad documental como máximo responsable de una trama dedicada a fabricar facturas falsas.
Fenoll no cayó solo, junto a él fueron condenadas otras 14 personas. Uno de ellos es Francisco Javier Bru, exconcejal popular en Albatera, sentenciado a dos años y medio de prisión. Los condenados, que pueden recurrir ante la Audiencia de Alicante, deberán indemnizar a Hacienda con cuatro millones de euros más intereses.
Fenoll es una referencia empresarial en Alicante, especialmente en Vega Baja, tanto como por sus actividades vinculadas a concesiones municipales de recogida de basura, como por sus problemas con la justicia. Fenoll ya fue condenado a un año de cárcel por el caso de las monjas de Orihuela.
El entonces alcalde del municipio y exconsejero popular Luis Fernando Cartagena recibió en 1993 de las religiosas del Hospital Municipal San Juan de Dios 49.081 euros con la condición de que se destinaran a obras sociales. Cartagena los guardó, sin embargo, en un piano y fue gastándose el dinero hasta que supo que el asunto estaba siendo investigado. Entonces llamó a Fenoll, a quien le unía ya una larga historia compartida.
El empresario le debía favores en forma de concesiones municipales. El político se había beneficiado de la compra de votos por parte del hombre de negocios en los comicios de 1991, tal y como estableció otra sentencia. Años después de aquello, Cartagena telefoneó a Fenoll para que le fabricase facturas con las que justificar el destino del donativo de las monjas. Fenoll lo hizo y fue condenado por ello.
Mientras los tribunales siguen investigando esas acusaciones la sentencia conocida ayer parece poner fin a su carrera empresarial. La juez lo considera “principal autor” y “máximo beneficiado” de la trama que elaboraba facturas por servicios y suministros inexistentes. Una actividad de la que Fenoll se valió para defraudar en el pago del IVA y el impuesto de sociedades.
Fuente: ElPaís.com
Foto: David García. ElPaís.com