La crisis ha golpeado duramente las retribuciones salariales de los directivos, viéndose mermadas hasta en un 20%.
Desde que se iniciara la crisis muchos sueldos se han visto reducidos, no solamente a escalas básicas sino también en las altas esferas ejecutivas. De hecho, los directivos han sido los que más han visto reducirse su sueldo con la crisis- aunque esto está variando- concretamente hasta un 20% más devaluado de lo que estaba al inicio de la recesión.
Además, esta devaluación no ha sido unicamente a nivel económico sino también en cuanto a funciones, acumulando ahora más tareas que las que se desempeñaban hace años.
Por lo que respecta a los recortes, los salarios han caído un 20% como consecuencia de la suma de varios cambios importantes:
· Congelación salarial: la crisis ha supuesto la congelación de los salarios en el 54% de las empresas en 2014 y un 47% lo hicieron por segundo año consecutivo.
· Retribución variable: los directivos han pagado con su variable la falta de resultados. En un elevado porcentaje de las grandes compañías no se han cobrado estas partidas, que, en muchos casos, suponen una parte importante de la remuneración total situadas entre un 20 y un 30%.
· Otros elementos retributivos: también han bajado otros complementos como los bonos plurianuales y la participación a modo de acciones en las compañías.
· Beneficios sociales: las empresas consideran que estas partidas tienen una repercusión importante en su marca pero no mejoran los resultados, de manera que han renegociado los costes de coches de empresa, seguros de vida o seguros médicos; aparte de rebajar los beneficios para los directivos, una parte importante de esta rebaja se ha obtenido a costa de los proveedores.
· Control de gastos: la política de restricciones se ha detenido también en gastos variables como las dietas o los viajes, donde los recortes han afectado a la categoría de los hoteles, la clase business en los transportes, la prohibición o vigilancia sobre acompañantes, etc.
Debido a estos recortes, los directivos han tenido que ajustarse al presupuesto de las empresas y adaptarse a nuevas posiciones en las que se responsabilizan de más tareas pero sin cobrar por ello. Un cambio sustancial en la comodidad anterior de la que disponían.