
El calor intenso provoca cambios en las composiciones de los aromas florales que transformarían los olores de los espacios naturales.
Este acontecimiento podría confundir a los polinizadores de las flores, especialmente a aquellos especialistas que basan sus visitas en preferencias olfativas innatas.
En un estudio se demuestra que en un mundo más caluroso las plantas emitirían más compuestos volátiles olorosos, aunque este aumento podría variar según la especie y el momento del año, esta investigación fue liderada por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y publicado recientemente en la revista Global Change Biology.
Los investigadores del CREAF, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y del Institute of Agricultural and Environmental Sciences de Estonia han calculado que, dependiendo de la especie, un aumento de 1º C podría provocar que las flores emitieran hasta 1,4 veces más compuestos orgánicos y que, en un escenario extremo con 5º C más de temperatura, las emisiones podrían multiplicarse por 9,1.
Estos cambios podrían hacer que plantas que hasta ahora no emitían olores muy fuertes porque no necesitan atraer polinizadores, como la flor de la encina, pasasen a oler más. Por otra parte, si otras plantas cambiaran su olor, los polinizadores podrían confundirse y no encontrar las flores que necesitan o equivocarse y visitar otros.