
Utilizada de manera responsable y con un propósito definido, la inteligencia artificial puede ser una poderosa aliada en la mejora de las condiciones medioambientales
Después del aumento en la popularidad de servicios como ChatGPT en los últimos meses, varios estudios han examinado el impacto ambiental de estos desarrollos basados en inteligencia artificial (IA). Aunque entrenar modelos como ChatGPT o Bard requiere una gran potencia computacional, lo que se traduce en un mayor consumo de energía y mayores emisiones de carbono, también es cierto que esta tecnología puede ofrecer herramientas cruciales para abordar problemas medioambientales.
Un informe reciente de la OCDE revela que las grandes empresas tecnológicas destinan entre el 7% y 10% de su gasto total en infraestructura de cómputo a aplicaciones de inteligencia artificial. Además, se suma un considerable uso de agua para refrigerar los centros de datos que respaldan los procesos de entrenamiento de numerosos desarrollos basados en IA. De acuerdo con una investigación de las universidades de Colorado Riverside y Texas Arlington, el proceso de entrenamiento de GPT-3 en los modernos centros de datos de Microsoft consumió directamente 700,000 litros de agua dulce.
Aunque las preocupaciones sobre el impacto ambiental de la inteligencia artificial son válidas, es innegable que, empleada de manera responsable, esta tecnología puede ser una valiosa aliada para mejorar las condiciones medioambientales y mitigar los efectos del cambio climático en nuestro entorno.
Hace unos años, la UNESCO ya reconocía el potencial beneficioso de los sistemas de inteligencia artificial para el medio ambiente. En 2021, afirmó que "los macrodatos, la inteligencia artificial y la transformación digital pueden desempeñar un papel crucial para garantizar la sostenibilidad ambiental y el desarrollo sostenible".
Desde entonces, la UNESCO ha puesto en marcha diversas iniciativas que utilizan la inteligencia artificial para mejorar las condiciones ambientales y reducir la huella ecológica de la actividad humana. En Serbia, el centro de la UNESCO sobre "Agua para el desarrollo sostenible y la adaptación al cambio climático" emplea la IA en modelos estadísticos para identificar áreas donde se puede mejorar la gestión de los recursos hídricos. Además, la organización utiliza la inteligencia artificial para proyectar la resiliencia comunitaria ante desastres naturales en países como Kenia, Ruanda, Sudán del Sur, Tanzania y Uganda.
En conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, presentamos cinco proyectos que han identificado en el uso de la inteligencia artificial un valioso aliado para proporcionar soluciones más efectivas en beneficio del bienestar del planeta:
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Ecolana, entre Inteligencia artificial, reciclaje y sostenibilidad
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IA estudia el cambio climático
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Tecnología para frenar la contaminación atmosférica en zonas urbanas
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IA para predecir la deforestación en la Amazonia
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Agricultura inteligente