
Elegir entre la multitud de programas que hay en las universidades para aquellos que decidan continuar su preparación tras su carrera puede ser una decisión compleja. Conoce las diferencias entre ambas opciones.
Terminaste la carrera, ¿y ahora qué? hay varias opciones que se te presentan una vez finalices tu época de estudios universitarios. Por un lado, siempre está la opción de tomarse un merecido descanso académico y tomarte un período sabático, aunque tal y como está el panorama... mejor descartar dicha opción, a menos que dispongas de un colchón económico para mantenerte de la nada. La segunda alternativa es tratar de buscar empleo, uno de los retos en los que se ve inmersa la mayoría de la población con la consecuente etapa de 'vuelva usted mañana', 'ya le llamaremos' o 'lo sentimos, pero no es perfil que buscamos'. Desde luego, antes de acabar en la más completa desesperación, te queda una salida más para poder marcar la diferencia con tus competidores ante un puesto de trabajo, y es continuar formándote haciendo un máster o un postgrado, especialidades que aumentarán tu grado de profesionalidad y conocimiento en tu área de estudios.
Aunque tanto los postgrados como los másters forman parte de la llamada formación de postgrado —es decir, la que sigue a cualquier grado universitario (las antiguas diplomaturas, licenciaturas e ingenierías)—, lo cierto es que estas dos opciones presentan algunas diferencias entre ellas. Conocer sus características será la mejor manera de elegir cuál es el programa que más se ajusta a tus necesidades.
Te presentamos las diferentes modalidades que hay en este tipo de educación:
1. Doctorados: Idóneos para los que quieren dedicarse a la enseñanza a nivel universitario, o a la investigación.
2. Másters: Si quieres trabajar dentro del sector privado, mejorar tus posibilidades laborales y especializarte en un determinado área, esta opción puede venirte muy bien. Los másters suelen tener una duración entre uno y dos años académicos, con un mínimo aproximado de 60 créditos o 600 horas de formación. Al superarlo, el participante obtiene el título de máster o magíster, siempre y cuando esté en posesión de un título universitario homologado (diplomatura, licenciatura, ingeniería o grado). Si no es así (algunos másters admiten a profesionales con experiencia), la institución en la que ha cursado el programa le extiende un certificado de aprovechamiento. Suelen estar mejor considerados por su grado de especialización que otras titulaciones superiores y tendrá por tanto más experiencia en tu currículum, dado que la carga académica es mayor.
3. Postgrados: Rara vez duran más de un año académico. Como mínimo, suelen constar de 15 créditos, equivalentes a unas 150 horas lectivas, aunque en algunos casos se ofrecen postgrados de 5 créditos (50 horas). El título que se obtiene es un diploma de postgrado (para quienes ya cuentan con una titulación homologada) o bien un certificado de participación, si no se cumple con este requisito.
Como en toda decisión, tendrás que sopesar los pros y contras, ver si realmente dispones del tiempo necesario para embarcarte en este proyecto y tener disciplina para poder seguir la preparación a buen ritmo. Para aquellos que tengan una jornada laboral complicada para poder compaginar estudio y trabajo, se han creado modalidades a distancia u online para que sea más flexible. Asimismo, la importancia de las relaciones internacionales y la necesidad de dominar diferentes lenguas ha aumentado notablemente el número de másters o cursos de postgrado que se imparten en otros idiomas o incluso fuera de España, lo que dará un plus a tu CV frente a otros candidatos con los que tendrás que enfrentarte el día de mañana en una entrevista de trabajo.
Ahora que ya sabes las diferencias entre una y otra titulación, ¿vas a quedarte de brazos cruzados? Comienza a organizarte y escoge el programa que mejor se adapte a lo que necesitas.