En la actualidad, todas las empresas tienen un marcado carácter comercial, al margen de la función específica inherente a cada puesto de trabajo
El desarrollo de las habilidades comerciales que antaño se asociaban a departamentos de esta misma clase, se aplican hoy día, debido a las necesidades del mercado actual, a otras áreas de negocio; así, la diversificación de actividades de cada empleado y la conveniencia de asumir nuevas funciones y nuevos puestos de trabajo generan la necesidad de fortalecer ciertas habilidades que en épocas anteriores no eran importantes para su desempeño óptimo.
Habilidades como la asertividad, motivación , el trato con el cliente, la innovación y flexibilidad ante los cambios se vuelven indispensables dentro del contexto empresarial actual, marcado notablemente por la influencia de la crisis y los recortes presupuestarios que a menudo sufren las empresas.
El objetivo de toda empresa es sin duda lograr cumplir los objetivos establecidos, satisfacer al cliente y así mismo obtener beneficio, estamos definiendo el papel de los comerciales. Si se reconoce ampliamente que hoy por hoy hay otros objetivos como el incremento de ventas con la menor inversión posible, la diferenciación con respecto a la competencia y la fidelización de los clientes en pro de un crecimiento continuo y estable de la empresa, el valor de esta perspectiva comercial se hace evidente ya que, en términos generales, permitirá un apoyo significativo a las ventas y un seguimiento personalizado a los clientes.
Obviamente, todas estas demandas exigen de los profesionales una mayor cualificación, haciéndose cada vez más necesaria una formación a medida para sobre todo educar en habilidades. ´
Dado que el perfil de las empresas es cada vez más global, no está de más que todos arrimemos el hombro y hagamos labores comerciales para satisfacer a nuestro cliente y lograr el éxito.