Según un informe de la Fundación BBVA, nuestro país demuestra un mayor optimismo hacia el futuro de la investigación científica en comparación con otros países europeos. Además, en los últimos diez años, ha experimentado un aumento en su nivel de comprensión en este ámbito.
España se distingue de otros grandes países europeos por su notable entusiasmo hacia la ciencia y una sólida confianza en su potencial. En la última década, los españoles han avanzado en su capacidad para discutir y comprender temas científicos y tecnológicos, que ahora son abordados con mayor frecuencia y conocimiento, especialmente entre las generaciones más jóvenes. A pesar de esto, persiste cierto complejo histórico que se refleja en la sensación de que el país no ha contribuido tanto como debería al ámbito científico. Aunque los vecinos europeos muestran un mayor aprecio por su legado pasado, ninguno comparte la misma esperanza en el futuro que se percibe en España.
Esto se evidencia en un nuevo estudio sobre la cultura científica en Europa realizado por el Departamento de Estudios Sociales y Opinión Pública de la Fundación BBVA. En todos los países analizados -España, Alemania, Francia y Reino Unido- se observa una valoración positiva de la ciencia y un gran interés en sus avances y novedades. Sin embargo, persisten algunas deficiencias en la comprensión de conceptos básicos, desde los antibióticos hasta el cambio climático, aunque existe un consenso claro: la mayoría está convencida de que la ciencia conduce hacia una vida mejor.
Según los autores del estudio, los españoles muestran actitudes particularmente favorables hacia la ciencia y tienen altas expectativas sobre los efectos de los avances científicos actuales, desde la energía solar hasta la inteligencia artificial. Además, en España se observa menos preocupación por posibles impactos negativos de la ciencia, centrándose más en sus beneficios que en sus posibles efectos secundarios.
La confianza en la comunidad científica es especialmente alta en España, aunque también se destaca en todos los países analizados.
El estudio, basado en una encuesta completa a 1,500 personas en cada país, muestra una evolución positiva tanto en el conocimiento como en las actitudes hacia la ciencia en España en la última década. Comparado con un estudio similar realizado hace 10 años, se observa un mayor interés por la ciencia y un nivel de comprensión más cercano al de otros países europeos.
En cuanto a la comprensión de conceptos científicos como el funcionamiento de los láseres, la luz del Sol, los antibióticos o el clima, los españoles tienden a ubicarse ligeramente por debajo de la media, aunque la brecha se ha reducido. En especialidades como la nanotecnología, la biotecnología o la ingeniería genética, en las que había un desconocimiento significativo hace una década, la cultura científica de los españoles ha experimentado un crecimiento notable.
La brecha cognitiva entre España y otros países se ha reducido en la última década, acercándose España a Francia y Reino Unido. Esta tendencia es más evidente en las generaciones más jóvenes, que muestran una mayor comprensión de conceptos científicos y una menor diferencia con el resto de Europa.
Sin embargo, a pesar del entusiasmo y la mejora en la comprensión de la ciencia, persisten valoraciones ambivalentes sobre la situación de la ciencia en España. Aunque la mayoría valora positivamente la contribución del país a la ciencia global, también se perciben carencias en el apoyo a la investigación por parte de sectores públicos y privados. Además, los españoles tienden a valorar menos los logros científicos y a recordar menos a científicos célebres de su país en comparación con otros países europeos.
A pesar de estas ambivalencias, existe un amplio consenso en torno a la idea de que la ciencia es fundamental para el progreso material y para mejorar la salud de las personas. También se confía en la ciencia para abordar desafíos como el cambio climático, aunque hay menos confianza en su capacidad para resolver problemas sociales como la pobreza, la desigualdad o las guerras.
